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Volver a casa.

Mi nombre es Gabriela Sánchez Martínez, originaria de San Miguel Chimalapa Oaxaca. Provengo de la cultura zoque y vengo de una familia humilde pero trabajadora, donde a las mujeres no se les permitía estudiar y crecer profesionalmente, tras mis deseos de poder estudiar, mi familia me dio la oportunidad de superarme para cumplir mis objetivos. Sabíamos que solos no podíamos, por las mismas razones que a muchas jóvenes se les trunca el sueño de seguir estudiando.

Afortunadamente, llegué en 2010 a Centro de Compartimento (CDC), donde me brindaron apoyo, estancia y espacio compartido con otras jóvenes de diferentes poblaciones. Me cobijaron durante el proceso de mi universidad, muchas personas estuvieron resguardando mis pasos en cada momento para lograr mi objetivo.

Quiero mencionar que mi estancia en CDC, fue muy buena, no podía quejarme de la compañía y de lo que me proporcionaban, pero

un día menos esperado, por querer ver el exterior de la sociedad y tener libertad sin que nadie me pusiera un alto, decidí salir del lugar cuando me faltaba poco para terminar mi licenciatura en psicología.

Los años afuera me enseñaron que no es bueno tomar decisiones tan rápidas y alejarse de las personas que realmente se preocupan por nuestro bienestar. Muchos de mis sueños fueron interrumpidos porque vivimos en una sociedad donde existe violencia, inseguridad, corrupción donde como mujeres somos vulnerables.

Después de unos años alejada de CDC, sentí la necesidad de interactuar con todos, pero no me animaba por miedo, por todo lo que había pasado en mi vida, mi cabeza daba mil vueltas, hice las paces conmigo misma para volver a tener conexión con todos los que habitan en esa bonita casa, mi familia. Aunque van y vienen nuevas jóvenes son parte de mí. Si los muros y mueblen tuvieran la oportunidad de hablar me dirían ha sido lo más hermoso que he vivido. En ningún lugar me he sentido tan especial y protegida como en CDC.

Por eso expreso que soy el fruto lo que un día sembró CDC. Logré concluir mi licenciatura en psicología en 2014. Doy gracias a mis padres que siempre hicieron el esfuerzo para apoyarme. También a Adela, por estar tan comprometida con cada una de nosotras, sé que estuvo ahí conmigo, aunque no la veía. Agradezco a Kristin, Cheryl y Glenn, juntos lograron sostenerme para hacer posible mi aspiración, aunque en ese momento estaba cegada y no pude valorar lo que me brindaron. Creo que la unión nos hace fuertes, siento una inmensa fuerza, y a la vez una ola de tranquilidad al estar de vuelta a CDC.

A pesar de que la vida te obliga a vivir experiencias tanto malas o buenas, te brinda alegrías, pero a la vez tristezas, como el verano y el invierno, así como llegan personas a tu vida otras se van para siempre, como cuando llega el otoño y caen las hojas secas de un árbol, sabes que las hojas secas no pueden adherirse nuevamente al árbol, pero si se puede trasformar en un abono para plantar un buen árbol.

Hoy soy Psicóloga, trabajo en una Preparatoria en una comunidad rural y estoy estudiando la Maestría en Educación. Soy parte de CDC, porque ahí crecí espiritualmente, porque me recibió sin nada a cambio, el único requisito del lugar es recibir amor incondicional, y dejarte llevar.

Invito a los jóvenes que luchen por sus sueños, cumplan sus objetivos, que resistan a cualquier obstáculo, jamás le den la espalda a las mejores oportunidades, es importante sanar emocionalmente todos los miedos, de igual manera crecer espiritualmente, aceptar el apoyo incondicional, valorar lo que se tiene, la disciplina, ser perseverante, humilde, tener paciencia, estar siempre dispuestos a crecer. Son elementos que les ayudarán a lograr sus objetivos y alcanzar la meta. Recuerda eres como la oruga, en su debido tiempo te transformarás en una hermosa mariposa.

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